De vez en cuando, en La Marmota la rutina se altera y suceden cosas especiales. El otro día tuvimos la visita de Draculino y fue toda una fiesta.
Draculino nos contó que vive en un enorme castillo, junto a su padre, el gran conde Drácula, y su hermana, Draculina. Que le encanta ir a la escuela y que, pronunciando las palabras mágicas ¡puede transformarse en un murciélago!
El caso es que Draculino tenía un problema: no veía bien. Y nos pidió que le ayudáramos a encontrar la solución. Con el médico Momia llegamos a la conclusión de que Draculino necesitaba gafas así que ¡manos a la obra! Gracias a Elisabet y al montón de niños y niñas que nos acompañaron, pudimos hacer unas gafas estupendas para Draculino y para todo el que quiso ver las cosas “de otra manera”.
Volvimos a pasar una mañana estupenda en la que no solo escuchamos la fantástica historia de Draculino, sino que pudimos hacernos unas gafas con nuestras propias manos.
¡Ya estamos deseando tener otra visita sorpresa!