Cómo preparar una búsqueda del tesoro

Cualquier ocasión es perfecta para preparar una búsqueda del tesoro y esta Pascua ha sido la excusa ideal.

Esta Semana Santa nos hemos ido de vacaciones con la familia. Este año ha sido especial porque hacía mucho que no nos veíamos ¡dos años! Nos hemos reunido con nuestros tíos y primos y lo hemos pasado fenomenal. Hemos disfrutado de paseos, juegos y charlas alrededor de la mesa. Y, como no, no han faltado las torrijas y la Mona que hacemos con los niños todos los años.

Otra de las tradiciones que tenemos cuando nos juntamos en estas fechas es realizar una búsqueda de huevos de Pascua. Es muy divertido ver cómo van de un lado para otro buscando los huevos y la felicidad cuando los encuentran.

Pero este año, como algunos son ya algo mayorcitos, hemos querido preparar otra dinámica de juegos. Os vamos a enseñar cómo preparar una búsqueda del tesoro.

Para las búsquedas de tesoros en casa utilizamos siempre el cofre con el candado numérico que viene en el juego de Haba “Find the code”. Es perfecto para poder esconder en su interior pequeños regalos que encontrarán cuando resuelvan las pruebas.

Os contamos cómo la hemos preparado nosotras por si os animáis a hacer la vuestra.

Cómo preparar una búsqueda del tesoro

Para preparar una búsqueda del tesoro lo primero es elegir una temática en torno a la que giren las pruebas y la ambientación. Los temas son infinitos: piratas, Halloween, mundo marino, Carnaval, estaciones del año… Para nosotras la temática elegida fue la Pascua. Como ambientación preparamos unas orejas de conejo que se pusieron los peques en el momento de comenzar.

Luego toca idear y preparar las pruebas que tendrán que resolver para conseguir el número que abrirá el candado. Las pruebas también giraron en torno a esta fiesta: decorar huevos y hacer carreras con cucharas en la boca procurando que no se cayeran los huevos antes de llegar al final del recorrido. Las pruebas las escribimos y las metimos en sobres de colores que escondimos por el jardín y la casa rural donde estuvimos alojados.

Como consejo, es importante que llevéis escrito en un papel en qué zona escondéis cada sobre (por si acaso luego se os olvida) y dejéis preparado previamente el material que necesitareis para cada prueba. De esa manera todo es más fluido y no hay parones.

Nosotras decidimos que el número secreto lo íbamos a esconder en forma de puzzle. Después de cada prueba, les entregamos una pieza de un puzzle que, al final, revelaría el número secreto. Como eran seis niños, decidimos hacer un puzzle de seis piezas, para que todos pudieran tener una.

Podéis encontrar infinidad de imágenes para hacer el puzzle en Pinterest. Nosotros seleccionamos una en la que aparecía un conejo y se podía leer “Felices Pascuas”.

Las piezas del puzzle las pegaron en un plástico, y dándole la vuelta pudieron leer un número de tres cifras, que era la combinación para poder abrir el candado del cofre.

corona con orejas de conejo decoradas con papeles de colores

¡Qué empiece el juego!

Una vez estén todos los niños reunidos comenzó la búsqueda. Un adulto leyó el siguiente mensaje:

“Si un tesoro de Pascua queréis conseguir

 en conejos os deberéis convertir.

 Por cada prueba que realicéis

 una pieza de puzzle conseguiréis.

 Y una vez lo hayáis terminado

 para conseguir el tesoro

 por arriba y por abajo lo habréis mirado”

Cuando más “teatro” pongáis a la lectura mejor que mejor. No hay que olvidar que esto es un juego tanto para los peques como para los mayores que lo organizamos. 

Y después de esta lectura… ¡comienza el juego! El objetivo: encontrar el primer sobre.

Ya con las orejas de conejo puestas, buscaron y encontraron el primer sobre. En su interior pudieron leer el siguiente mensaje:

“¡Perfecto, ya estáis preparados!

 ¡La búsqueda del tesoro ha comenzado!

 Entre todos, diez huevos deberéis buscar

 para luego poderlos decorar”

Durante la preparación del juego escondimos los huevos en una zona del jardín. Utilizamos diez huevos de poliespán porque son menos frágiles pero, si sois valientes, podéis vaciar con cuidado huevos de gallina. También dejamos preparado sobre una mesa los washitape, o celos decorados. Aquí, como siempre decimos, la imaginación al poder. Podéis usar pegatinas, trozos de papel de seda, pinturas, rotuladores… ¡lo que tengáis o queráis!

Una vez decorados los huevos les dimos la primera pieza del puzzle.

huevos de poliespán decorados con washitape

En el segundo sobre leyeron el siguiente mensaje:

“En equipo y con ilusión 

 esta es la segunda prueba de la misión:

 Unas cestas vamos a hacer

 para los huevos poder poner”

Como nos encantan las manualidades, les preparamos unas cestas muy sencillas de origami.  Con papeles decorados, cartulina de colores y un poco de celo las hicieron ellos mismos. Al haber niños chiquitines, decidimos darles los papeles con los pliegues ya marcados, para que les resultara más fácil.

El resultado, unas cestas maravillosas donde llevar los huevos y la segunda pieza del puzzle conseguida.

cestas de papel hechas con papel decorado

El mensaje del tercer sobre decía lo siguiente:

“Tenemos las cestas

 y tenemos los huevos.

 Para seguir jugando

 deberemos colocarlos primero.

 Tenéis que llevar los huevos a sus cestas

 con ayuda de unas cucharas

 y ¡sin usar las manos!

¿Cómo?

¡Agarrando las cucharas con la boca!”

Tocaba una prueba de movimiento: una tradicional carrera de huevos, aunque en este caso los huevos eran de poliespán que antes habían decorado.. La única dificultad que tuvimos es que a algún que otro niño le faltaban los paletos así que ¡sujetar la cuchara no fue tan sencillo!

Por suerte lo consiguieron y lograron la tercera pieza del puzzle.

En el cuarto sobre encontraron el siguiente mensaje:

“Mucha atención deberéis prestar

 si esta prueba queréis superar.

 Series, diferencias y dibujos para colorear…

 ¡si queréis os podéis ayudar!”

Para esta prueba buscamos algunos pasatiempos y seleccionamos los juegos según la edad que tenían los niños.

Como los más chiquitines tenían dos y tres años, escogimos unas actividades para que pudieran hacer series con cestas, conejos, flores… También imprimimos unos dibujos para que buscaran diferencias.

Para los más mayores, que tenían siete años, seleccionamos un dibujo donde había que realizar sumas y colorear cada zona según el resultado, atendiendo a un código de color.

En Pinterest hay un montón de ideas que seguro os pueden servir.

Por supuesto, después de terminar los pasatiempos, consiguieron la cuarta pieza del puzzle. ¡Ya quedaba menos!

series de pascua
colorear por números

La recta final

Cuando encontraron el quinto sobre pudieron leer lo siguiente:

“¡Y seguimos buscando huevos!

 Esta vez son de papel

 y sobre un plato los deberéis poner

 para entre todos fabricar

una bonita corona para la puerta decorar”

Para esta prueba de la búsqueda les escondimos doce huevos de papel en el jardín. Y en una mesa cercana dejamos preparados los pegamentos, el plato de papel agujereado y una cinta para colgar la corona.

Entre todos encontraron los huevos y después decoraron el plato. En lugar de una corona navideña hicieron una corona de Pascua. Decidieron que el mejor sitio era la puerta del dormitorio de los niños.

Y, con la corona hecha y el quinto sobre, se enfrentaban a la última prueba.

Por suerte, la última prueba era muy sencilla. El último sobre contenía la siguiente nota:

“Si queréis la última pieza del puzzle conseguir 

 no os olvidéis de sonreír.

 Coged vuestras cestas con los huevos 

 y colocaros junto a la corona.

 Una foto para la ocasión

 y así termina la misión”

Los niños, con sus orejas de conejo puestas y con las cestas y los huevos que habían hecho, se colocaron junto a la corona de huevos que habían decorado y pudimos hacer una “foto final”. ¡Un bonito recuerdo para un día especial!

La recompensa

Una vez superadas las pruebas y conseguidas todas las piezas del puzzle, pudieron hacerlo entre todos y así descubrir el número de tres cifras que estaba escrito por la parte de atrás.

Llegó el momento de poner los números correctos en el candado numérico del cofre y conseguir el tesoro.

Como sabíamos que esos días iba a haber mucho dulce extra optamos por otras recompensas. En esta ocasión escogimos para cada niño un “Abrementes” envueltos en papel charol dorado, simulando unos lingotes de oro.

niños montando el puzzle
niños descubriendo el código secreto

Pasamos una tarde estupenda y los peques se entretuvieron de lo lindo.

Cómo preparar una búsqueda del tesoro habéis visto que es fácil aunque requiere un poco de tiempo. Pero los niños disfrutan tanto, que el esfuerzo merece la pena. Además, con el tiempo vas cogiendo práctica y no es tan complicado como parece.

Os invitamos a hacer vuestra propia búsqueda del tesoro y, si has realizado alguna y te apetece, compartas por aquí tu experiencia e ideas.

La Marmota
La Marmota
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