Hay muchas veces que la gente se extraña de que no tengamos unos Cuentacuentos abiertos a todo el mundo y que tengamos plazas limitadas, pero la explicación es muy sencilla: nuestros Cuentacuentos son especiales. ¿Y por qué lo son? Porque Andrea no sólo les lee una historia sino que los peques siempre hacen una pequeña manualidad relacionada con el cuento. Así que, necesitamos unas mesas y unas sillas que nos ayuden a desplegar toda nuestra imaginación y habilidades manuales. Y eso, limita las plazas.
Para que os hagáis una idea de las cositas que hacemos los sábados por la mañana os enseño el resultado de los Cuentacuentos que hemos hecho en este primer trimestre escolar.
Como veis en la foto anterior, Andrea procura que utilicen tanto ceras y pinturas de madera como rotuladores, así como trabajar con materiales diferentes: papel de seda, lanas, pintura de dedos, purpurina…
Y, por supuesto, además de trabajar con las manos, se fomenta el compañerismo. ¡Da gusto ver cómo comparten y se ayudan unos a otros!