La Ruta Ornitológica de La Huerta de Estadilla es una ruta sencilla y perfecta para hacer con niños.
Este verano hemos pasado unos días en el Pirineo Aragonés. Y, como siempre que nos juntamos, hemos aprovechado para hacer una ruta sencilla y pasar el día. La opción que nos encajó desde el primer momento fue la “Ruta ornitológica” de La Huerta de Estadilla. Es una ruta sencilla, circular y con un montón de curiosidades a lo largo de su recorrido. Además, al final hay un pequeño merendero perfecto para comer.
La Ruta Ornitológica, además de darnos la oportunidad de pasear por la naturaleza, nos invita a conocer el entorno y el ecosistema de la zona. A lo largo del recorrido os encontraréis con 30 Cajas Nido de distintas especies y códigos QR donde se cuentan las características de las distintas aves que las habitan.
Como en ocasiones anteriores, queremos contaros nuestra experiencia por si os animáis a hacerla.
Esta vez, además de los adultos, nos acompañaron cinco peques: Biel (3 años), Carmen (4 años), Pablo (7 años), Jan (8 años) y Alicia (8 años).
Antes de empezar
Como ya comentamos en la entrada del blog El camino del Agua con niños , cuando se hacen excursiones con niños hay que ser flexibles con los horarios, no demasiado ambiciosos con el recorrido y escoger la ruta más atractiva posible para ellos. No nos tenemos que olvidar que lo importante es pasar el día juntos, pasarlo bien y crear bonitos recuerdos.
Una de las cosas que más nos gustó de la “Ruta ornitológica” es que es circular. Este tipo de excursiones siempre son más amenas. Además, apenas llega a los dos kilómetros y durante todo el recorrido se va entre árboles. Así que, aunque se haga en verano, es muy agradable.
Aunque es una ruta corta, ya sabemos que con peques todo va más despacio así que, en previsión, que no se os olvide llevar aprovisionamiento para el camino. En nuestro caso no podían faltar los frutos secos, los plátanos y abundante agua.
Salida
Dejamos los coches justo en el punto de salida (y también de llegada). Es un lavadero donde también hay un par de mesas para poder comer.
En el punto de salida hay un panel informativo de la ruta. En él se explica el recorrido así como el funcionamiento de los códigos QR, curiosidades de la ruta y características de la fauna que habita en la zona.
Si vuestros peques ya saben leer, estos paneles son perfectos para que se animen en la lectura y practiquen un poco.
La ruta se inicia bajo un magnífico árbol que esconde, entre sus ramas, la primera caja del camino: una casa para murciélagos. Si consultáis el código QR que hay en el tronco os explicará curiosidades sobre estos fantásticos animales y el entorno.
El inicio de la ruta es un buen momento para ver lo que nos vamos a encontrar en el recorrido, cómo identificar las distintas señales o ponerles el reto de encontrar las diferentes casas de los árboles.
Ya solo queda emprender la marcha y disfrutar.
Por suerte, es un recorrido sin apenas cuestas, muy sombrío y tranquilo. Los peques van a poder disfrutar durante todo el trayecto. Este tipo de rutas tan familiares son perfectas para que los peques vayan en total libertad. Únicamente en algunos tramos del camino habrá que cruzar un pequeño riachuelo. Eso se puede convertir en toda una aventura.
Un alto en el camino.
Aunque la ruta es relativamente corta y se puede hacer en poco menos de una hora si sólo van adultos, cuando se va con niños hay que adaptarse a su ritmo. Siempre hay un palo que recoger, una rana que mirar, o una piedras que llevarse como recuerdo. Aprovechad el momento para hablar con ellos, explicadles las cosas que os vais encontrando, preguntadles qué lo que más les gusta…
En nuestro caso el camino no lo empezamos pronto así que el momento de hacer una parada era inevitable. Después de un rato caminando llegamos a un pequeño merendero. El entorno es perfecto para hacer un alto, beber agua y tomar un pequeño tentempié.
A esta altura, hay una pequeña bifurcación que lleva a unos antiguos Baños Romanos. Es un camino muy agradable pero no es circular. Es de ida y vuelta así que, si os animáis a verlos, tendréis que ir y volver por el mismo camino.
Después de este alto, nos esperaba la última parte del camino así que ¡adelante!
Último tramo
Después de este merendero sigue la ruta entre árboles, con una sombra que se agradece en todo momento. El camino unas veces se estrecha para ir al lado de un riachuelo. Otras veces se hace más amplio aprovechando para ir todos juntos.
Además de ir localizando las casas de los pájaros y leer la información sobre ellos, podéis aprovechar para recoger moras, ver granadas cuando aún están en rama, árboles con resina y cerca del final ¡una cueva de murciélagos! Menos mal que estaba vacía…
En el último tramo se pasa cerca de las huertas. Es un tramo perfecto para poder hablar con ellos de dónde salen las frutas y verduras que compramos en las tiendas, el cuidado que requieren, cómo se cultivan… Como veis, cualquier excusa es buena para que aprendan de manera lúdica y casi sin darse cuenta.
A medida que se acerca el final es un buen momento para recordar todo lo que hemos visto, qué nos ha gustado más y qué nota le ponemos a la ruta.
Ahora solo queda llegar de nuevo al lavadero y la Fuente de la Canaleta, donde empezamos, y comer en el merendero. Un fantástico final para una mañana perfecta.
Si queréis ver el plano del recorrido y una pequeña información accesoria sobre la ruta, no dudéis en consultar la web del Ayuntamiento de Estadilla.
Y si os animáis a hacerla nos encantaría que nos contarais vuestra experiencia.